¡UN GRITO DE CORAZÓN!

En el día del militante, el Gasolero sigue dejando todo por las causa más linda del mundo: hacer feliz a la gente de #Temperley. Sumó su 5to triunfo consecutivo y llegó a 24 en la #PrimeraNacional. Sebastián Prieto y Nico Messiniti marcaron los goles para el equipo de Perazzo, que sumó 19 de 21 posibles con el actual cuerpo técnico.
Tenía que ser un 17 de noviembre, un «día del militante», en el que Temperley mostrara (una vez más) un compromiso sin igual, una solidaridad y una entrega digna del mayor de los aplausos de las más se 12 mil almas que asistieron al Teatro de Turdera para ser testigos de dos hechos históricos: el agasajo a Gastón Aguirre y el 5to triunfo consecutivo para Temperley (algo que no ocurría hace 20 años).
Las estadísticas dirán que Sebastián Prieto (de penal) y Nico Messiniti (tras deliciosa asistencia de Prieto, el mejor del partido) marcaron el 2-0 ante un Independiente Rivadavia que tuvo la pelota pero que fue (en su mayoría) inofensivo. Tuvo una que encontró una terrible tapada de Matías Castro, cuando el partido estaba solo 1-0 pero el uruguayo mostró toda su jerarquía y quedó muy cerca (a solo 25 minutos) del récord absoluto que ostenta Fede Crivelli (593) si hablamos de valla invicta en toda la historia de Temperley.
El Beranger fue una fiesta. Hubo un living para que hablara el capitán del barrio, para que Aguirre fuera ovacionado y tuviera su camiseta enmarcada para siempre (en Europa, hasta se retiraría la número 6 pero en nuestro ascenso no se puede) y para que todos los GASOLEROS soñemos con su partido homenaje o despedida.
En lo táctico, el Cele aprovechó el gol tempranero de penal (a los 20′) para apagar las luces de una Lepra que había sido interesante los primeros 15′ pero que después careció de ideas. Temperley le quitó espacios, lo maniató, lo redujo al pase intrascendente y sin profundidad. Luchó, batalló y ganó. Merecidamente.
Fue una noche mágica, épica, con un Beranger colmado de almas que sueñan con que «el Cele va a volver», que multiplican ese «Temperley, Temperley, Temperley» con estridencia para que todo el sur y el país escuche. ¡Acá está el Gasolero! Para que el vestuario delire con la música de Los Palmeras, para que la ilusión sea cada vez más grande.